Bienvenidos en 2020 a mi blog, gracias siempre por estar ahí que se que sois más de lo que yo imagino. Diríais que yo estoy liderando vuestro descubrimiento de la psicología deportiva? Tengo Liderazgo con vosotros? Hoy vengo a hablar de esto. En navidades un buen amigo me sugirió hablar del tema, Toni Lluís, con quien estuve trabajando codo a codo en un equipo de fútbol femenino de 2ª división nacional, entrenador y psicólogo deportivo, nos fallaron las expectativas y con este tema, Toni, te voy a cambiar los planes, no será lo que esperas.
El liderazgo es una palabra (a mi me encanta trabajar aspectos psicológicos en base a su semántica) que refleja un hecho o una serie de acciones de liderar. Esto que parece una obviedad es sumamente importante, porque si no hacemos cosas, acciones, no vamos a liderar. Conocéis algún líder respaldado por no hacer nada? Yo tampoco. Cuando hablamos de liderazgo positivo y negativo para mi entramos en un juego semántico en el que no me gusta entrar. En los últimos años tendemos a poner etiquetas morales a las cosas, blandiendo la espada de la superioridad moral somos todos muy buenos sin darnos cuenta, pero alguien os lo tiene que decir, estamos abusando de estos términos hace ya bastante tiempo.
Liderazgo positivo se entiende como la acción de liderar un grupo de personas de forma comprometida, “arremangándose” por los demás, buscando las mejoras individuales de los componentes del grupo o ensalzándoles, es un modelo de apoyo o así se entiende. Por otro lado el liderazgo negativo es propio de satanás (siguiendo con la moralidad), consiste en usar las ventajas de tu posición para exprimir al grupo en beneficio del líder y sin preocuparse por la individualidad, a veces incluso se habla de utilizar la confrontación y tocar emociones como miedo e ira para provocar ese rendimiento, digno de cárcel eh! Os puedo hablar obviamente de la cantidad de estudios, sobre todo en ámbitos empresariales que ensalzan el modelo positivo sobre el negativo, pero yo he venido aquí a hablar de mi libro como ya sabéis.
Bienvenidos a la clase nº1 de liderazgo: el liderazgo viene dado por los gregarios. Si no te siguen o no te consideran líder, no ejerces liderazgo y muchas veces por no ejercer liderazgo tampoco posees autoridad. Hay tipos de liderazgo entonces? Para mí hay dos tipos: el que funciona y el que no lidera ni a su abuela. Liderar es cómo ser bueno en algo, tiene dos factores: lo bien que se te da de forma natural hacer eso, tu capacidad y habilidad; y el ámbito dónde destaca esa habilidad.
De esta forma sí podemos hablar de tipos de líder según dónde ejercen su liderazgo. Lidera al grupo a nivel social, sería cuando ese deportista se lleva bien con todos, organiza planes para la convivencia del grupo, los cohesiona contando anécdotas, genera buen ambiente, sí, a veces el payasete del grupo tiene más liderazgo que tú y no lo sabías, a poco que tenga un comportamiento adecuado deberías aliarte con él.
Tenemos el líder de tarea, que es aquel que destaca por su nivel sobre el resto, o que se deja los dientes trabajando por el equipo, que corre por tres y aunque no organiza ni manda ni habla no lo necesita, porque habla trabajando.
También tenemos el líder capitán, ese que habla, que dirige, que anima o riñe al equipo y que todo entrenador quiere en el campo, es de los buenos del equipo pero no tiene porque ser el mejor, pero se desgasta organizando al equipo.
En el rol de entrenador liderar es relativamente natural, te viene dado por tu posición respecto al grupo, eres el “jefe” y tomas tú las decisiones. Es precisamente por esas decisiones y tu comportamiento en general dónde puedes aumentar tu liderazgo o destrozarlo. La autoridad tiene mucho que ver con esto. Realmente puedes tener autoridad y no tener un gran liderazgo, pero si lo piensas, no tener autoridad y liderar es imposible. Vamos a poner un ejemplo típico de un entrenador, cuando tu equipo tácticamente no te hace caso muchas veces se debe a que tus directrices tácticas no han probado aun su utilidad o peor han probado lo poco que sirven a ojos de los jugadores, has liderado al equipo hacia algo que ellos creen que no funciona y eso te ha hecho perder autoridad, y no puedes cambiar todo el equipo ya del terreno de juego.
Si quieres presionar arriba con tu equipo y la cantidad de veces que robas el balón es mínima, es más cuando eso pasa os generan peligro, ajustar esa presión o cambiar de táctica es decisión del entrenador, cambiar la táctica a una que funcione te hará ganar autoridad (has detectado el problema y has sabido corregirlo, “yo a este le sigo que sabe”). En cambio si consideras que tienen que creer en ti y seguir yendo arriba sin ajustar nada, es cuestión de “fe” e insistencia, y sigue sin funcionar vas a perder autoridad y posiblemente piensen que no tienes ni idea…¿cómo te van a seguir?
Por otro lado, supongamos que has tenido a tu equipo aburriéndose en entrenamientos haciendo movimientos de presión táctica (los tienes hasta las narices) pero en consecuencia los primeros partidos habéis robado muchos balones y varios goles han venido de ahí. Eres tú quien debe saber que ha ganado autoridad, pero no ganarás liderazgo si no lo provocas, si no haces mención de ese dato o no le otorgas importancia a ese hecho no te va a servir. Vas a ser el jefe que riñe cuando algo está mal, pero que no dice nada cuando algo va bien. Coge a tus jugadores y dales la enhorabuena (¿líder positivo?) explícales que esas horas de aburrimiento tienen un fruto muy interesante, el mensaje que estás dando es que lo que preparas funciona, tiene un sentido y que si ellos te siguen conseguirán lo que quieren…el que no te siga ha venido a otra cosa.
Así que amigos, y Toni, sólo hay un liderazgo, el que funciona. Donde se da mérito a los esfuerzos pero también a los resultados, donde se consigue que presionar pase de ser un plan loco del entrenador a un plan de todos, aquel liderazgo que puedes provocar pero que no es forzado porque sigues siendo tú mismo y no una careta de lo que quieres ser.
El liderazgo es tomar decisiones con inteligencia social y en beneficio del grupo. Decidir cosas que en caso de que no vayan de forma ideal nunca pierdas autoridad: reñir a un líder del equpo que me va a agachar la cabeza y reñir al que se me va a revelar de la misma forma aunque salga mal, porque he tratado “por igual” a los componentes del grupo y eso me da autoridad y justicia como líder (por ejemplo).
El asesoramiento del psicólogo deportivo en un cuerpo técnico es crucial, ayudamos a que el entrenador sea más líder, orientamos en decisiones sobre el grupo, decisiones difíciles de las que aprenden todos, el entrenador aumenta su liderazgo, pero también su capacidad de liderar en el futuro, la capacidad de liderar también se aprende. Aumentar el liderazgo es entrenamiento psicológico y es también un plan de acción.
Hay entrenadores con un gran liderazgo natural en el panorama profesional, algunos partían con ventaja respecto a otros: Zidane ha hecho un gran trabajo gestor y de liderazgo, pero el nivel de autoridad que siempre le acompaña es estelar (el jugador que fue es una ventaja sin igual respecto a los demás), ha debido trabajar en no perder esa autoridad y eso habrá sido ya determinante en su éxito. Guardiola, por otro lado, tenía cierta autoridad pero esta ha ido aumentando de forma exponencial con el trabajo, no ha sido tan buen gestor en ciertas situaciones (quizás no esté asesorado) pero el nivel de liderazgo mostrado en la disposición de sus equipos a seguir una idea de juego revela su capacidad para ganar autoridad en base a lo que les muestra a sus jugadores (esto funciona!).
Para mí uno de los ejemplos máximos de liderazgo hoy en día del panorama deportivo de un entrenador es Bordalás, entrenador del Getafe, 3º en liga a día de hoy. Ingresó en las filas del equipo cuando estaban en zona de descenso en 2ª división, no tenía una autoridad por encima de la habitual cuando viene un nuevo técnico y sin esa autoridad inicial ha conseguido incrementarla de forma desorbitada en base a una idea de juego (a lo Guardiola) y los frutos de esa idea le han dado un liderazgo sin parangón que ha llevado al club hasta donde está ahora. Evidentemente los resultados siempre ayudan, es la vida misma del entrenador. Pero Zidane es Zidane allá donde vaya con esa autoridad, Guardiola vivirá también de esa autoridad cosechada y Bordalás si no le va bien alguna vez, tiene un aprendizaje en liderar que podrá repetir en otro sitio.
Mejor ten un buen psicólogo deportivo en tu staff que te genere mucho liderazgo y autoridad a través de los propios jugadores y el éxito tendrá más ganas de venir a visitarte.