Hola a todos! Espero que llevéis bien el verano, tras meses sin escribir me dispongo a abrir un tema nuevo, espero no haber perdido la esencia. Es un tema común en el deporte, me atrevería a decir, entre deportes y entre las distintas figuras del deporte, deportistas, técnicos, etcétera. Todos tienen una carrera deportiva que alimentar para que crezca, muchas veces no depende de ellos y los caminos por donde quieren avanzar están bloqueados por obstáculos difíciles de esquivar.
El psicólogo deportivo tiene un papel importante en la toma de decisiones en cuanto a lo que la carrera deportiva se refiere, en el proceso de análisis de alternativas, y en el acompañamiento durante la decisión. A continuación expondré algunas decisiones en las que el psicólogo deportivo puede ser una gran aportación:
- Cambio de Club: es una decisión que suele conllevar una ganancia aparente y una gran incertidumbre. La gran mayoría de veces incluye un cambio de entrenador y eso afecta directamente al estado de forma predecible por dicho cambio, la confianza en el entrenamiento es una de las claves y la seguridad que aporta la estructura del club también. Un ejemplo, futbolista que tiene un rol destacado en su equipo y recibe una oferta de un club de superior categoría, donde ese rol es probable que no lo tenga. El psicólogo debe ayudar al jugador a valorar sus prioridades y a que éste sea honesto consigo mismo, de forma que valore su carrera deportiva en base a su objetivo principal y cómo este cambio lo acerca o lo aleja de dicha meta.
- Cambio de Entrenador: suele darse más en deportes individuales, incluye una decisión con parte emocional y personal. Muchas veces el psicólogo debe denotar el desgaste socioemocional que pueda existir entre el actual entrenador y el deportista y ayudar al deportista a valorar si esa relación suma o resta y si le acerca a sus objetivos.
- Cambio de Deporte: es una decisión poco habitual, normalmente en edades tempranas con deportistas que, muchas veces, practican más de un deporte aunque no siempre es así. Suele venir por una situación de Burnout, el deportista se siente “quemado” por el deporte y deja de percibir los beneficios que éste le aportaba. El psicólogo debe ayudar al deportista a descubrir lo que le gusta y a qué puede deberse esa relación negativa con su deporte, si es por un exceso de practica o exigencia (pudiendo ser el cambio de objetivos una solución) o si es la evidencia de falta de autoeficacia para rendir al nivel que el deportista quiere sintiendo que no disfruta.
- Abandono del Deporte/Retirada: la gran decisión, normalmente en deportistas veteranos o con lesiones recurrentes o de larga duración, son casos donde cabe valorar mucho más que el ámbito deportivo, siendo el laboral y el social el lado a nutrir de metas y de motivaciones para poder hacer un acompañamiento interesante.
- Relaciones Sociales: la carrera deportiva del deportista conlleva relacionarse con personas en concreto, puede ser motivo de asesoramiento una compañía poco deseada, una mala influencia o buscar contactos que puedan facilitar la consecución de nuevas oportunidades laborales, contratos o patrocinios. Aquí también entra lo relacionado con relaciones amorosas y cómo encajar a las parejas o familia en el cronograma laboral y que ello aporte estabilidad y no lo opuesto.
- Comunicaciones, RRSS y Prensa: la imagen pública del deportista es sumamente importante, la existencia de la publicidad y el márqueting se la debemos a famosos psicólogos conductistas y por tanto, ante la ausencia de un asesor o un departamento de comunicación, siempre es una opción importante tener al psicólogo deportivo como asesor de qué decir y qué no para transmitir lo que queremos transmitir. Así pues utilizar la imagen a favor del deportista y prevenir posibles problemas.
Siempre se busca que la carrera deportiva sea lo más larga y prometedora posible, pero el primer paso siempre será reconocer lo que depende del deportista (o entrenador) y lo que no, sabiendo que los contratos no vienen solos o por arte de magia, pero tampoco a nuestro placer.
Por ello a nivel de rendimiento deportivo, el psicólogo siempre debe provocar que el deportista tenga un buen nivel de autoconfianza, una indestructible convicción por mantener su identidad y su forma de competir y unos objetivos prometedores siempre ajustados mediante expectativas razonables.
Por mi experiencia profesional, por lo general la etapa ideal para empezar a construir una carrera deportiva prometedora es en la edad juvenil o junior (entre los 15 y 17 años) dejando siempre margen de preparación mientras llega la mayoría de edad. En caso de deportistas talentosos en edad temprana, es fundamental el trabajo con los padres y el asesoramiento a estos, por ejemplo, en el fútbol hay casos de niños de 12-14 años con contratos gestionados por los padres, lo cual puede generar expectativas desmesuradas así como una influencia negativa en la relación paternofilial.
Me gustaría mandar un mensaje desde aquí a todos aquellos padres que tienen la fortuna de tener un hijo o hija con un gran talento deportivo de forma temprana a disponer siempre de una persona objetiva e imparcial por la que asesorarse como el psicólogo deportivo. De igual forma, no me posiciono ni a favor ni en contra de los representantes de deportistas, si bien siempre miran por la mejora del deportista (porque hay un mutuo interés) puede ser un motivo de presión por generar mayor expectativa en un éxito que no tiene porque llegar o porqué llegar pronto. Por ello quizás la pertinencia de tener agente o representante se incrementa al llegar la edad de 18 años por los contactos que manejan y las oportunidades que puedan brindar al deportista.
Insisto con el mensaje, si eres deportista y rondas los 16-18 años o más y quieres encauzar tu carrera deportiva, no dudes en buscar al psicólogo deportivo y como padres les aconsejo lo mismo por la imparcialidad y objetividad que esta figura les ofrece al margen de todo su conocimiento psicológico para afrontar las mejores decisiones deportivas y vitales.