Bienvenidos al 2019, espero que hayáis empezado de forma memorable el año. Durante el 2018 me he encontrado con 2 situaciones generales dónde he podido vivir y observar cómo se frustran o se truncan deportistas de deportes de equipo por diversos miedos y falta de creatividad en su juego:
- En mi labor como entrenador de fútbol base detecté cómo los jugadores ante los errores reducían su abanico de decisiones y reducían las intervenciones individuales dónde adquirían responsabilidad. Se debía realizar un trabajo explícito con ellos, dónde se expresase la idea literal de que en muchas situaciones del juego el equipo necesitaba que se atrevieran a solucionar las situaciones de forma individual y que era necesario arriesgar y ser creativos, atrevidos.
- Por otro lado en mi labor cómo psicólogo deportivo en clubes, soy testigo de cómo la virtud está en el equilibrio: equilibrar la metodología o idea de juego del club con la iniciativa o naturaleza de los jugadores, equilibrar las lecciones de táctica con las lecciones de riesgo y creatividad individual.
Mi conclusión es que los deportes de equipo no dejan de ser agrupaciones de deportistas individuales, y ningún equipo es capaz de albergar su máximo potencial si no es capaz de desatar la creatividad y el atrevimiento individual de sus jugadores.
De tal forma es responsabilidad de entrenadores trabajar una táctica individual, además de la técnica, para ayudar a los jugadores a decidir cada vez mejor sobre el terreno de juego. Por otro lado, a nivel de juego colectivo debe integrar la idiosincrasia de cada jugador, lo que sabe hacer y favorecer su creatividad dentro del sistema y la idea de juego.
La falta de confianza y el miedo al error son dos aspectos relacionados indirectamente que provoca una gran disminución de atrevimiento y creatividad en los jugadores, los entrenadores pueden suponer un punto de inflexión en ambos. La falta de confianza puede ser un tema por el cual acudir al psicólogo deportivo siempre, aunque el paso previo puede ser cómo el entrenador gestiona las personas en el equipo, respecto a este tema la clave está en el trato personalizado, conversaciones individualizadas y buscando otorgar confianza al jugador y libertad para equivocarse. Transmitirles que creen en ellos y que es importante que muestren lo que saben hacer es primordial. Nunca dar por sentado que los jugadores sienten confianza de su entrenador, simplemente porque los pone a jugar.
Por otro lado el miedo al error, puede ser una consecuencia de esa falta de confianza y/o, muchas veces, una consecuencia de la robotización táctica, de la exigencia del juego colectivo que obliga a un jugador a reducir sus movimientos, acciones y decisiones a unas muy concretas entrenadas y automatizadas en entrenamientos y que el propio jugador es consciente de que si no cumple puede llevarse una regañina de su técnico; es decir, el miedo al error puede darse ante la prohibición de la improvisación y la creatividad sea transmitida de forma directa o indirecta.
La creatividad es la capacidad de resolver situaciones mediante decisiones novedosas y diferentes a lo habitual; por tanto cualquier situación del juego, sobretodo en la fase de ataque de deportes colectivos donde la táctica obligue a un jugador a actuar de una forma concreta e incuestionable, estaremos ante un jugador robotizado o que no admite creatividad dentro de las opciones.
Si esto sucede en el deporte base, podemos ser causa indirecta de un reducido desarrollo del talento y de las capacidades del jugador, y puesto que existen unas fases de aprendizaje o unos momentos clave en la vida del deportista dónde ciertas habilidades tienen mayor probabilidad de explotarse, es muy posible que entrenadores exigentes en cuanto a aspectos tácticos ofensivos sean una causa de la reducción de la cantidad de jugadores de ataque talentosos o diferentes que está habiendo en los últimos años, o también causa de que jugadores con mucha calidad individual no adquieran una confianza necesaria en sí mismos para llegar al profesionalismo debido a que no cumplen las exigencias tácticas del entrenador.
Por ello creo que hay 2 premisas a cumplir en el deporte base en cuanto a favorecer la creatividad:
- Hablar explícitamente de la creatividad y del atrevimiento, explicando su importancia y priorizándola por encima de la obtención de errores. Invitar a los jugadores a mostrar sus capacidades aún siendo conscientes de que pueden errar. Cada entrenador delimitará las situaciones dónde esto puede suceder, por ejemplo, sólo en fase ofensiva sería una pauta normativa.
- Ayudar al jugador a trabajar una idea de juego colectiva, mostrándole localizaciones, posicionamientos, movimientos clave de su posición a la vez que transmitiéndole conceptos de táctica individual, pero nunca automatizando ni ordenando la toma de decisiones en dichas ubicaciones del campo o situaciones del juego, es más siempre dando varias opciones y añadiendo una que corra a cargo de la creatividad del jugador.
Espero que esta lectura pueda ayudaros en este 2019 y, recordad, que la falta de atrevimiento puede ser falta de autoconfianza y es un aspecto que es recomendable trabajar junto al psicólogo deportivo.